La migración infantil forzada, un virus oculto dentro de la Pandemia por COVID

La migración infantil forzada,

un virus oculto dentro de la Pandemia por COVID

 

Desde el mes pasado, los frailes dominicos en Centroamérica hemos decidido convertir nuestra Casa de Espiritualidad Veritas, ubicada en Guatemala, en Albergue Temporal para niños, niñas y adolescentes migrantes retornados, una necesidad imperante ante la difícil realidad que enfrentan.

 

  1. ¿Con el albergue a qué situación crítica están respondiendo ahora?

A una crisis existente antes del COVID-19, oculta de momento en la pandemia, pero que requiere atención urgente, me refiero a la migración forzada no acompañada de niños, niñas y adolescentes (NNA) vulnerables.

 

De Centroamérica, especialmente Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua, emigran hacia Estados Unidos debido a la pobreza extrema, falta de empleo, violencia por maras o diversos grupos al margen de la ley; muchos de estos NNA son abandonados por sus padres o incluso han quedado en la orfandad pues sus progenitores mueren en el desierto de la frontera, otros han sido vendidos como “pasaporte” a tratantes de blancas para garantizar su llegada a territorio estadounidense.

 

Para nadie es secreto la pobreza extrema que se vive en algunas zonas de nuestro territorio y que obliga a las familias a huir hacía Norteamérica llevando a los menores de edad con la esperanza de escapar de la miseria

Ellos son retornados en dos vuelos semanales o más si es necesario. Un equipo del gobierno y de otras instituciones en alianza se dedican a este proceso de recibirlos y reintegrarlos a sus familias y comunidades, dándoles atención psicológica primaria para enfrentar la frustración, miedo e incertidumbre que les causa el proceso de deportación.

 

  1. ¿Cómo es la vida en el albergue durante la Pandemia?

Es un proceso complejo para los NNA. Antes de la pandemia, al ser deportados el tiempo para reintegrarse a sus familias y comunidades duraba alrededor de cinco días, en las condiciones actuales deben realizarse varios hisopados para  descartar que estén infectados, por lo que pueden quedarse hasta 15 días en el albergue si dan negativo y si dan positivo, son trasladados a otras instalaciones.

 

La vida de los chicos transcurre en la habitación porque deben aprender las medidas básicas del distanciamiento social e higiene para aplicarlas al llegar a sus comunidades. Por supuesto nuestra casa de retiro ha tenido que modificar su reglamento y adaptarse, porque deben comer en las habitaciones e incluso hacer juegos recreativos unos frente a otros, manteniendo la distancia necesaria, sin usar los espacios comunes para reducir al mínimo la posibilidad de contagio y crear en ellos los hábitos necesarios para el confinamiento.

 

Tienen además algunas terapias con el equipo especial de atención psicológica proporcionado por instancias gubernamentales y ONGs dedicadas por completo a la atención de los NNA. A medida que pasan los días, si las primeras pruebas son negativas, pueden hacer algunos ejercicios físicos comunitarios.

 

  1. ¿A quiénes benefician generalmente con el albergue?

Casa Veritas funciona regularmente como casa de retiros o centro de convenciones, pero se ha convertido en el hogar de almenos 119 niños, niñas y adolescentes en lo que va de la Pandemia.

 

Ahora somos conscientes de beneficiar al país con nuestra labor, pues estamos ayudando y visibilizando uno de tantos “virus peores al COVID 19” que enfrentan las personas vulnerables de nuestro territorio. Las políticas migratorias de Estados Unidos no se han modificado por la pandemia y contrario a lo que sería humano, están deportando a más personas. Al ser Guatemala un tercer país seguro, recibimos a NNA de varias nacionalidades, cuyas situaciones son aún más complejas pues enfrentaran un largo camino hasta llegar a su familia.

También recibimos a niñas víctimas de abuso sexual en su camino de migración, incluso tuvimos a una adolescente de catorce años que llegó al albergue con su bebé de meses.

 

Además, las realidades de pobreza extrema, desempleo y violencia de las cuales escapaban, se han agudizado con la pandemia y la crisis económica subyacente. La misión recién comienza con este refugio, pues se prevé que la cantidad de migrantes retornados incremente significativamente en los próximos meses.

 

  1. ¿Cómo se les puede ayudar y dónde les encontramos?

Nos pueden ayudar con donaciones económicas a la cuenta monetaria del Banco Industrial No 0070206214 a nombre de Casa Veritas o comunicándose al correo electrónico curia@dominicosca.com en caso de ser donaciones internacionales, para que puedan ser coordinadas con el Síndico de la Provincia. Es de vital importancia esta colaboración, pues el presupuesto gubernamental asignado al Albergue se consume rápidamente por el inesperado aumento de NNA retornados y los altos costos de la alimentación, servicios, personal especializado, etc.

 

Además, quienes se encuentren cerca pueden compartir con nosotros donaciones en especie: alimentos preparados, alimentos no perecederos, material educativo o lúdico, implementos de aseo personal o de sanitización de ambientes. Este tipo de ayuda puede ser coordinada con la oficina provincial escribiendo al correo mencionado antes o llevada directamente a cualquiera de nuestras presencias en Guatemala, pues hemos trabajado de manera conjunta para dar soporte a esta obra.

  1. ¿Cómo puede participar o participa la Familia dominicana en esta obra social?

Considero que por la poca movilidad permitida en nuestro territorio, una manera activa de hacer parte de este proyecto es poner el tema sobre la mesa: crear debates de Justicia y Paz sobre la migración infantil no acompañada o forzada, ser conscientes de estas realidades difíciles que enfrentan nuestros NNA y de los muchos peligros que los aquejan que también son pandemia. Mirar esta realidad desde nuestra tarea de predicadores del Evangelio y compartirlo en redes sociales, en medios de comunicación, en todo tipo de canales digitales es una manera de apoyarnos.

 

En cuanto a acciones más concretas, unirse a nosotros en la oración por cada uno de estos niños y colaborar con las donaciones solicitadas anteriormente son los caminos que vislumbramos.

 

Los recursos se hacen escasos ante la crisis que se prolonga; el proceso de reintegración de los NNA es riesgoso por las deficientes medidas de control sanitario de nuestro sistema de salud; las familias colapsan económicamente por la situación; sin el apoyo de los que ya han donado y de quienes siguen buscando cómo dar soporte a nuestra labor, hubiésemos colapsado hace tiempo.

 

Agradezco de antemano a quienes colaborarán con esta misión y a los que ya nos incluyen en sus oraciones. Es momento de ser predicadores de la Palabra en medio de los nuevos escenarios a los que nos enfrenta la pandemia; personalmente estoy agradecido con Dios por permitirme servirle en sus pequeños.

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