Mensaje Cuaresmal

Queridos hermanos y hermanas en la Provincia

 

Nuestro mensaje de marzo, se circunscribe en ambiente plenamente cuaresmal, tiempo compuesto por muchos valores en nuestro camino de seguimiento vocacional y apostólico en bien del pueblo de Dios.

 

En este tiempo dedicado a la escucha a la Palabra, nos invita a múltiples escuchas personales en la opciones de libertad que realizamos como personas consagradas dice LCO “totalmente consagradas a la predicación de la Palabra”. Esta actitud de escucha, propia de nuestra profesión de obediencia nos invita también a múltiples movimientos que existen en la vida común y en la misión, Pedro Flinkler en su libro, “El proyecto de la Vida Comunitario” relata:

 

“No por haber elegido algo… lo poseo ya. No por haber dicho ‘quiero seguir a Jesús’ y dejar… estoy ya siguiendo a Jesús. Hay que echar raíces en aquello que hemos elegido y echarlas con el corazón, así optamos. Aunque hemos hecho unos votos tengo que estar todos los días echando raíces y optando por ser seguidor de Jesús, optando por la Comunidad y por la vocación. Y esto no nos ahorra tener que seguir empeñando el corazón, que fácilmente tiende a sustituir a Dios por el templo, la nueva tierra o el nuevo rey.

 

Podemos permanecer fieles a la elección del rol religioso y sin embargo, traicionar la opción fundamental. Tenemos que seguir descendiendo al centro de nuestro corazón para ver en verdad hasta dónde mi historia se mantiene en dinámica de fidelidad, en procesos de seguimiento. Y es que es muy fácil cambiar de ruta sin aviso y pasar de seguir los caminos de Jesús a nuestros propios caminos: de anunciar a Dios a anunciarnos a nosotros mismos; de obedecer a Dios a obedecer a nuestros afectos, nuestras pulsiones, nuestras relaciones; de construir el Reino a construir nuestros pequeños reinos de comodidades… de… Y ese giro puede darse como si no hubiera pasado nada… dando por supuesto que venimos siguiendo de cerca de Jesús. Sin darnos cuenta cambiamos la opción por el rol del Dios Vivo por los ídolos”.

 

Palabra claras y contundentes en el camino de seguidores que nos invitan también a escuchar las voces de nuestro mundo y todo lo que hace convulsa nuestra historia y aqueja a los hombres y mujeres que servimos. Voces que nos invitan a ser críticos en nuestras decisiones personales o comunitarios en lo que decidimos o en las peligrosas percepciones de poder ministerial que estamos llamados a convertir por el gesto de “lavar los pies”.

 

La cuaresma es un tiempo pedagógico para la fe, pero debe serlo también para nuestro estilo de vida más evangélico y apostólico. Cuaresma desemboca en la irremediable libertad y fraternidad de la Pascua.

 

Que estos días sean de verdadera renovación para optar por el camino de la libertad y humanidad en Cristo Jesús.

 

Fraternalmente,

Carlos Antonio Cáceres Pereira, OP
 

Prior Provincial.

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