En el mes del rosario y las misiones

Queridos hermanos y monjas en la Predicación

 

 

Finalizamos septiembre, tiempo que recuerda el 198 aniversario de las independencias de los países de Centroamérica (excepto Panamá).

 

Yendo más allá de la memoria de este acontecimiento, todos los países centroamericanos y ninguno sin excepción, experimenta situaciones que claman un grito al cielo. Esta independencia celebrada, sus símbolos, personajes quizá digan poca a la realidad violenta y a la creciente pauperización de nuestras sociedades. Desde el norte y sur de nuestra provincia experimentamos signos de muerte. En esta situación, como pregoneros de la Buena Noticia de Jesús, nosotros hijos e hijas de Santo Domingo debemos afinar nuestra mirada compasiva y a “tonar” bien las palabras del Evangelio que proclamamos en diferentes ministerios que realizamos.

 

Una acción de gracias al Señor por el movimiento vocacional en nuestra Provincia. Particularmente por haber asistido a la primera profesión de fray Lucas Ramírez OP, y a la iniciación de nuestros tres hermanos novicios. También no dejo de agradecer la renovación de votos de nuestros estudiantes en Valencia, sumando un buen grupo de hermanos centroamericanos que se preparan pacientemente para la siembra de la Palabra en la Provincia. Esto nos invita tener una mirada paciente, una mirada de Reino.

Así mismo, un momento de vida y esperanza es haber participado en el Congreso de las Fraternidades laicales de la Provincia realizado en San José, Costa Rica, y con el cual pude participar con alegría, aprendiendo de esa mirada dominicana desde el el mundo de nuestros laicos predicadores. De todos estos eventos IDEC nos invitará a profundizar y conocer detalladamente.

 

Finamente, “gracias a Dios y los hermanos” haber celebrados nuestros Consejos Provinciales respectivos. En ellos cotejamos, evaluamos y medimos el pulso de la predicación en los análisis de realidad tan necesarios para la vida y misión de la Provincia en diferentes situaciones que viven nuestros conventos y casas. Como ademas la realidad humana y organizativa en los distintos aspectos de nuestra vida dominicana.

 

Esto nos lleva hacia Octubre, mes de María y particularmente tiempo de intenso trabajo para los lugares de religiosidad popular en nuestra Provincia en San Salvador y Guatemala. Sobre todo, un año importante para la Basílica del Rosario de Guatemala, donde los hermanos inauguran el año de celebraciones (año jubilar) por el cincuentenario de la elevación del Templo de Santo Domingo como Basílica Menor y el XXV aniversario de la Consagración de Nuestra Señora del Rosario, como Madre, Reina y Patrona de la República de Guatemala.

 

En todos estos acontecimientos nosotros hijos de Santo Domingo agradecemos la pluralidad de ministerios que realizamos en bien de la Predicación. Nuestras patrias centroamericanas de por sí nos llaman a la pluralidad, pero a la vez, a la unidad en el corazón de la predicación.

 

Que IDEC sirva para hacer de entre nosotros un Magnificat, para que con María podamos constatar lo que el Poderoso hace entre nosotros.

 

Fraternalmente,

Fr. Carlos Antonio Cáceres Pereira OP

Prior Provincial

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