El que se convirtió en prójimo: Parábola del Buen Samaritano

XV Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo C

Compartimos desde La Dolorosa, en San José, Costa Rica lo siguiente.

El Círculo de la Compasión
Entre las lecturas de hoy nos encontramos con una de las joyas del Nuevo Testamento, a saber: la parábola del buen samaritano. Un pasaje de la literatura espiritual universal para vivirlo cada día, todos los días.
En su oportunidad, fr. Guillermo Chaves Pochet, O.P. (+) iluminaba nuestra reflexión con una clave de lectura sugerente, el círculo de la compasión. Para Memo, como le decíamos, este círculo implica varias acciones: ver, compadecerse, acercarse, ungir, vendar, levantar, llevar, cuidar, sufragar, solicitar cuidado, involucrar a otros, comprometerse. 12 acciones para aliviar la vida de quien ha sido víctima del mal. ¡Gracias Memo!

Del Evangelio de Lucas: 10,25-37

En aquel tiempo, se presentó ante Jesús un doctor de la ley para ponerlo a prueba y le preguntó: “¿Maestro, ¿qué debo hacer para conseguir la vida eterna?” Jesús le dijo: “¿Qué es lo que está escrito en la ley? ¿Qué lees en ella?” El doctor de la ley contestó: “Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con todo tu ser, y a tu prójimo como a ti mismo”. Jesús le dijo: “Has contestado bien; si haces eso vivirás”.

El doctor de la ley, para justificarse, le preguntó a Jesús: “¿Y quién es mi prójimo?” Jesús le dijo: “Un hombre que bajaba por el camino de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos ladrones, los cuales los robaron, lo hirieron y lo dejaron medio muerto. Sucedió que por el mismo camino bajaba un sacerdote, el cual lo vio y pasó de largo.

De igual modo, un levita que pasó por ahí, lo vio y siguió adelante. Pero un samaritano que iba de viaje, al verlo, se compadeció de él, se le acercó, ungió sus heridas con aceite y vino y se las vendó; luego lo puso sobre su cabalgadura, lo llevó a un mesón y cuido de él. Al día sacó dos denarios, se lo dio al dueño del mesón y le dijo: ‘Cuida de él y lo que gastes demás, te lo pagaré a mi regreso’.

¿Cuál de estos tres te parece que se portó como prójimo del hombre que fue asaltado por los ladrones?” El doctor de la ley le respondió: “El que tuvo compasión de él”. Entonces Jesús le dijo: “Anda y has tú lo mismo”.

Palabra Del Señor

La auténtica religión

Las lecturas nos ofrecen la posibilidad de descubrir que lo apuntado en el Antiguo Testamento, la voluntad de Dios, la única manera de ponerlo en práctica en la cotidianidad y en las situaciones puntuales de vulnerabilidad del otro, de los otros, que han sido víctimas del mal.

  1. Lo que conocemos como la voluntad de Dios, plasmado en la primera lectura, no está en el más allá, está al alcance del ser humano en su propia existencia en concurso con las otras existencias. En lo más profundo de su corazón, el ser humano puede encontrar la Palabra Revelada, que lo impulsa hacia adelante.  Esta Palabra no es piedra, sino que es carne y sangre, es vida y existencia.
  2. De su parte, el Evangelio nos habla que, según esa Palabra Revelada, el saberla “de memoria” no asegura su práctica. El Maestro de la Ley quiere saber cómo alcanzar la vida eterna.
    1. Es curioso que sepa Quién es Dios, y no sepa Quién es su Prójimo.
    2. Los hombres religiosos -sacerdote y levita- tienen una conciencia dormida que los hace ignorar y ser indiferentes ante la desgracia ajena.
    3. Sólo el hombre samaritano -un sacrílego, hereje…- es quien alivia y practica el mandamiento del amor.
    4. Ante la pregunta: ¿Quién es mi prójimo?, Jesús la cambia: ¿Quién se portó como prójimo?

Así como hace 21 siglos se le dijo al doctor de la le, ve tú y haz lo mismo, así también a las seguidoras y seguidores de Jesús del siglo XXI se nos invita a hacernos prójimos de quién es víctima del mal.

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