Mensaje del Prior Provincial para el mes de marzo

Mensaje del Prior Provincial para el mes de marzo

Queridos Hermanos de la Provincia y Monjas de la Orden de Predicadores:

 

En estos primeros meses del año hemos vivido la Pascua de dos queridos hermanos de nuestra Provincia que se nos adelantaron al encuentro con el Padre. Recordamos con cariño la memoria de fray Francisco González Pedraz OP, fray Manuel Batalla Gimeno OP y Sor Lupita Contreras OP, hermanos con una larga historia de fraternidad y de entrega en bien de nuestros pueblos centroamericanos.

Con la edición de este IDEC que corresponde al mes de marzo, estamos a pocos días de iniciar el itinerario cuaresmal y junto con estas dos valiosas pérdidas, es un recuerdo para nosotros que debemos vivir en actitud de permanente conversión. No solamente como un tiempo litúrgico, sino como un tiempo para volver a las opciones de la vida cristiana y dominicana.

En la reciente Asamblea de CIDALC en Argentina, celebrada durante el mes de enero, el Maestro de la Orden detectaba algunas de las realidades a las que debemos poner atención, la primera es el uso inadecuado del poder, al cual debemos prestar cuidado cuando en el horizonte de este tiempo Jesús revisa sus nociones como servidor del Reino y advierte esta tentación continua en la humanidad, en la Iglesia y en la Orden.

La Cuaresma nos invita a un tiempo de finitud, también podría convertirse para nosotros en un tiempo de expansión del corazón, de la mente y de las actitudes que construyen la vida apostólica, para hacer creíble la predicación del Evangelio.

Esta historia culminará con la Pascua de Jesús, expresión de liberación de toda tiranía que debe pasar por el servicio y la kenosis . Este tiempo no solo conviene celebrarlo, si no vivirlo, compartirlo en comunidad, para que refleje lo que el documento de Aparecida pide como conversión pastoral (Cap. 7) .

Recordar a nuestros hermanos que ya han hecho Pascua nos invita a prepararnos a la nuestra. Monseñor Romero insistentemente llamaba a la comunidad de Jesús, la “Iglesia de la Pascua”, una Iglesia de discernimiento constante ante lo que podría fracturar la libertad plena del Evangelio.

Estas fracturas vividas en plenitud en la humanidad, son evidentes: la violencia, presos políticos, migraciones, fracasos en las políticas nacionales, son solamente algunos de estos elementos en los que los predicadores de la Pascua debemos configurar nuestra vida para poder ofrecer una palabra respaldada y liberadora.

Que esta Santa Cuaresma toque lo profundo de nuestro ser, de nuestras comunidades y de nuestra historia provincial en Centroamérica.

Agradezco los saludos de los hermanos en ocasión de mis 25 años de profesión en la Orden.

Fraternalmente,

 

Fray Carlos Antonio Cáceres Pereira OP

Prior Provincial

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